Tertulia con David Parcerisa y Fran Parejo sobre los poderes que nos controlan desde las sombras, la Corporación Arconte.
Los arcontes son, en el gnosticismo y las religiones estrechamente relacionadas con éste, entidades demoníacas subordinadas a la encarnación del mal en el sistema de creencias correspondiente. Entre los gnósticos arcónticos (arconticistas), ofitas, setianos y en los escritos de la biblioteca de Nag Hammadi, los arcontes son gobernantes, cada uno con de ellos relacionado con uno de los siete planetas, que impiden que las almas abandonen el reino material.
La connotación política de su nombre (en la antigüedad, los arcontes eran importantes cargos administrativos públicos), refleja un rechazo al sistema gubernamental, que se consideraba defectuoso y sin posibilidad de verdadera salvación.
En el maniqueísmo, los arcontes son los gobernantes de un reino dentro del «Reino de las Tinieblas», que en su conjunto forman el Príncipe de las Tinieblas.
Un rasgo característico del concepto gnóstico del universo es el papel que juegan en casi todos los sistemas gnósticos los siete arcontes creadores del mundo, conocidos como la Hebdómada (ἑβδομάς). Estos siete son para la mayoría de los sistemas poderes semi-hostiles, y se les considera las últimas y más bajas emanaciones de la Deidad.
Por debajo de ellos —y con frecuencia considerado procedente de ellos— está el mundo de los poderes realmente diabólicos. Hay, eso sí, ciertas excepciones: Basílides enseñaba sobre la existencia de un «gran arconte» llamado Abraxas que presidía sobre 365 arcontes.